Hola, todas!
Espero hayan tenido una
buena semana. Qué les parece el nuevo banner del sitio con la
pasionaria? Ahora vivo a
unos pasos
de la estación Martínez y hay un cerco bien verde donde se esconden en
esta época las
pasionarias. Hay que detenerse para verlas porque se mimetizan
con los verdes y no se ven a primera vista, a pesar de su extraordinaria
belleza. A veces corto alguna y la pongo en un platito con agua
sobre el escritorio pero dura solamente un día. Lo mejor es
dejarlas donde están y admirarlas en su propio lugar. Es
como si lo único que debemos hacer nosotros, los humanos, es admirar.
Cuando "metemos mano", el resultado es incierto...
La semana pasada almorcé con una amiga, Beatriz, a quien conozco desde
1982 cuando nos conocimos en el Estudio Brons & Salas. Recuerdo
que trabajé ahí como traductora un tiempo y Beatriz era una de las
secretarias senior, muy simpática y con un amor incondicional al idioma
inglés. Le encantaba todo lo relacionado con el idioma y era una
exquisita de las palabras raras o difíciles que nos hacía responder.
Era muy amiga de Gloria, la secretaria de Stanley A Brons, el titular
del estudio. Gloria era una secretaria también simpátiquisima y
muy eficiente. Fue una lástima que, al año siguiente, falleció su
jefe en un accidente de avión y tuvo que pasar por este mal rato, como
todos los que estaban trabajando en el estudio en ese momento. Por
suerte, el estudio siguió adelante y todavía, de vez en cuando,
estoy en contacto con ellos. Tengo en la retina de los
ojos a Susana, una secretaria que llegaba temprano para leer el diario.
Se sentaba en su escritorio y hasta eso de las 10 de la mañana, no lo
cerraba. Era muy divertida, duró poco porque los abogados
competían con ella por el diario! El equipo de traductores
estaba siempre con trabajo y la mayoría de las secretarias trabajaban en
"pool". Cada una en su escritorio, frente a la oficina de uno o
dos jefes, pero cuando había un proyecto importante, trabajaban en
equipo dirigidas generalmente por Gloria. Los proyectos tenían que
salir en tiempo y forma sin errores y muchas se quedaban después de
horas para terminarlos. Aquí se pagaban horas extras a las que se
quedaban después de hora. Esto que parece ahora una antigüedad, en ese
estudio se cumplía. La mayoría de las secretarias
trabajaban de 9 a 18 pero, también, había dos turnos uno de 8 a 14 y
otro de 14 a 21 en el cuál estaban las recepcionistas y algunas
dactilógrafas que cubrían el extenso horario que requerían. En esa
época no existía la computadora y todo tenía que salir bien.
Se tipeaban los estatutos una y otra vez. Yo trabajaba con
Rosalind Nielsen una inglesa divina que sabía más de traducción que
todas las traductoras que nos habíamos recibido en la facultad. Rosalind
no tenía la firma, pero sí el idioma y el manejo de la terminología
legal. Sabía mucho, era rápida en la traducción y, por sobre todo, era
una "lady", elegante, sonriente y generosa con el conocimiento, que
compartía con nosotras, las traductoras recibidas, con los abogados, con
el que quisiese pedirle ayuda. Mi otra compañera, María
Marta Iaccona sigue haciendo traducciones desde esa época y cuando nos
vemos recordamos esa etapa. El trabajo de la traductora es
muy arduo y un poco solitario. La mente se convierte en una
especie de computadora y una ya ni sabe si está hablando en inglés o en
castellano. Ya no hago más traducciones legales, pero Beatriz me reavivó
recuerdos de esa época que tenía un poco olvidada y que fue muy
divertida. Las oficinas estaban sobre la plaza San Martín y era
lindo salir al medio día, pasear por la Galería del Este, que estaba muy
de moda y visitar las tiendas en la calle Florida. Recordamos
también a uno de los abogados que era muy buen mozo y lo sabía. Todas
las secretarias se enamoraban de él. Usaba trajes de colores
claros y corbatas rosadas o amarillas. Era muy bueno en lo suyo.
Tuvo un cambio de vida importante porque, en algun punto, dejó el
derecho para convertirse en profesor de yoga y pensamos que,
seguramente, seguirá enamorando a sus alumnas de yoga porque su carisma,
me cuentan, no ha disminuido. Así son las cosas. En la oficina se
van creando los lindos recuerdos y amistades que duran toda una vida por
lo que recomiendo fomentar las amistades en el trabajo formando parte
del equipo y compartiendo el conocimiento con todos. Así era en
Brons & Salas cuando nos conocimos con Beatriz!
Estamos preparando una charla para el mes de noviembre
con Anne Marie Richard de Secretarias y Negocios. Vamos a charlar
sobre el desarrollo profesional de las secretarias y sobre la asistencia
virtual. Las interesadas en estos
temas, vayan reservando el miércoles 19 de noviembre y ya estaremos
enviando la invitación.